Reseña: El hombre de Stalingrado

¡Hola! Lo primero de todo, espero que estéis todos/as bien (¡¡quedaos en casa!!), que no se os esté haciendo muy larga la cuarentena y que estéis leyendo mucho. Hoy vengo a hablaros de mi última lectura y mi primera colaboración del año. Pero antes de empezar quiero dar las gracias a Robert Blake por haberse interesado en mi blog y haberse puesto en contacto conmigo para leer su libro y reseñarlo. Dicho esto, hablemos de... ¡El hombre de Stalingrado!

Ficha técnica

Título original: El hombre de Stalingrado
Autor: Robert Blake
Editorial: no (autoplubicado)
Páginas: 191 (tapa blanda); 188 (ebook)
Precio y formato: 9,49€ (tapa blanda); 2,99€ (ebook)
Fecha de publicación: 30 de septiembre de 2019
ISBN: 979-8611636459

 Sinopsis

Un vibrante thriller de suspense y misterio que te atrapará desde la primera página.

Durante unas vacaciones en Italia, Sam Carter, un fotógrafo de Nueva York, se verá envuelto en una serie de inexplicables acontecimientos que lo abocarán a un trepidante thriller repleto de acción, aventuras, espionaje, intriga, romance, suspense y misterio.

Déjate seducir por este viaje a lo más profundo del corazón de Europa tras la caída del muro de Berlín donde la pasión y la venganza conviven con un oscuro secreto del pasado.

Opinión personal

Imagina que vas al extranjero a visitar a una amiga y, no solo no la encuentras sino que te ves involucrado/a en una serie de asesinatos y persecuciones, hasta tal punto que no podrás respirar con tranquilidad durante el resto de tu viaje. Suena agobiante, ¿verdad? Pues así se presenta El hombre de Stalingrado.

Para mí lo más destacado ha sido la edición, que me ha impedido disfrutar la novela por completo. En este libro me he encontrado tanto errores de ortografía como gramaticales, que me hacían parar a cada momento de la lectura y leer algunas citas dos veces para entender qué me querían decir. A pesar de que el libro es de narrativa ligera y fácil (lo que lo convierte en una buena opción para leer durante estos días de cuarentena), he tenido una lectura complicada.

De la trama tengo que decir que cuando vi en la sinopsis que había una ruta por Europa me imaginé un viaje en tren al estilo Asesinato en el Orient Express, pero nada que ver: aquí hay más acción y los personajes abandonan el tren en varias ocasiones. La trama sucede prácticamente en Europa, aunque el punto de inicio sea Nueva York. La historia principal se desarrolla en 1993 (poco después de la caída del muro de Berlín), y nos presenta a Sam Carter, un fotógrafo que viaja a Venecia para visitar a su amiga Jennifer. Sin embargo, cuando llega allí descubre que Jennifer ya se ha ido de la ciudad italiana. De pronto, una serie de circunstancias (que no diré cuáles para no destripar nada) llevan a que Carter se vea involucrado en un asesinato y no le quede más remedio que huir de Italia. Por otra parte, hay una historia secundaria que se desarrolla en 1942, exclusivamente en Stalingrado y en plena II Guerra Mundial. Aquí encontramos una familia rusa que sufre las consecuencias directas de la guerra, ya que su ciudad se ve desvastada por el bando alemán. Al principio no conseguí ver la relación entre ambas tramas al ambientarse en dos hechos históricos muy relacionados entre sí y con 50 años de diferencia, pero una vez se reveló ya fui comprendiendo todo mucho mejor. Me ha parecido muy curiosa la forma de conectar estas dos historias y la verdad es que no lo vi venir.

Desafortunadamente, no solo he tenido dificultades con la edición, sino también con el argumento. La idea que nos proponen no es mala (de hecho, en general la he visto entretenida); sin embargo, para mi gusto la trama tarda en arrancar, aunque en cuanto aparece el desencadenante es un no parar, volviéndose todo más interesante y dejando al lector con ganas de más. El libro tiene un ritmo de lo más frenético: la mayoría de escenas suceden de forma muy atropellada y los personajes apenas tenían tiempo de escapar de un problema para meterse de lleno en otro. De vez en cuando sentía que algunas cosas pasaban demasiado rápido y con apenas explicaciones, todo muy de golpe, porque sí, resultando un tanto caótico. Es más, en varios puntos me perdí porque creo que daban la información desordenada y lo vi muy confuso. Por todo esto creo que a la historia le falta desarrollo.

Lo que más me ha gustado del libro ha sido la ambientación: yo diría que es su punto más fuerte. Además de hacer turismo express por determinadas ciudades de Europa (de las cuales he aprendido unos cuantos datos de lo más curiosos), he repasado una de mis épocas históricas favoritas: la Segunda Guerra Mundial. Por eso la parte de Stalingrado ha sido la que más me ha gustado, aparte de que me ha parecido mejor documentada que la trama de Carter y el Interrail, ya que en esta última es donde me ha parecido ver más errores de continuidad. Se nota que al escritor le gusta la Historia y yo creo que la ambientacion de esta parte lo demuestra. A mí desde luego me ha transmitido esa sensación y he disfrutado dicha trama.

Respecto a los personajes, me duele decir que en general apenas he conectado con ellos porque me han parecido muy planos y con escasa evolución, aunque también comprendo que en un thriller de apenas 200 páginas tampoco da mucho tiempo a desarrollarlos. Si tuviese que destacar a alguno, sería a Sam Carter, nuestro protagonista. Sam al principio me empezó cayendo bien, pero conforme iba pasando las páginas cada vez me ponía más nerviosa. Le toca interpretar un papel bastante difícil (incluso agotador diría yo, porque el pobre no tiene ni un momento para respirar), y a veces no entendía muy bien por qué actuaba así, pero por otro lado su situación era bastante compleja y en ocasiones no le quedaba otra que improvisar. Otra cosa que no me ha gustado mucho de Sam es que casi siempre era rescatado en el momento mas difícil de la escena y he echado en falta que en algún momento se las hubiese apañado solo. De los personajes femeninos me quedo con Irina sin ninguna duda, porque ella tampoco vive una situación fácil y ha demostrado mucho valor. Me ha parecido una chica fuerte e inteligente, capaz de imponerse ante cualquier circunstancia. Por último, del antagonista solo daré una pincelada para no hacer mucho spoiler: hubo un personaje cuyo papel vi bastante previsible, pero por otro lado (y esto fue lo mejor con diferencia), hubo otro elemento que me sorprendió bastante y me pilló totalmente desprevenida.

El final tampoco me ha gustado demasiado porque esperaba que se revelasen muchas más cosas; sin embargo, el libro me ha dejado con unas cuantas preguntas sin responder. Asimismo, hubo un último incidente que vi poco justificado y no entendí muy bien su forma de enlazarlo con el resto de sucesos.

En resumen, El hombre de Stalingrado es un thriller autoconclusivo que no llega a convencerme por todos esos errores con los que me he topado. Tampoco he conectado con la historia ni con los personajes, si bien la ambientación de la II Guerra Mundial destaca por sí misma. Si te gusta el turismo y las historias de guerra y espionaje, esta es una buena opción.

A favor: lectura ligera y entretenida, buena ambientación bélica.

En contra: personajes planos, errores gramaticales, ortográficos y de continuidad, final con preguntas sin resolver.

Cita para recordar: «Sam sabía que aquella era la seña de identidad de sus artistas. Aquella caricaturización burlesca no le molestó como tal, pero iba en contra de todo lo que había aprendido en su profesión, para un fotógrafo nada es comparable a la verosimilitud de una buena instantánea.»

Valoración: 2/5⭐